A: Pat Hutchins I: Pat Hutchins E: Kalandraka Ediciones Andalucía, 2011 (1ªE: The Bodley Head 1968)
El paseo de Rosalía es uno de los álbumes culpables de la aparición de este blog, de nuestra pasión por la literatura infantil. En uno de nuestros álbumes de referencia y nos atrevemos a decir que se encuentra entre los cinco que más nos han impresionado.
Puede que estemos creando demasiadas expectativas (también sabemos que muchos de vosotros ya lo conoceréis) pero no podemos ser más comedidos o más discretos, ¡nos encanta!
Si cerráis los ojos y alguien os lee este cuento, lo dejaréis en la estantería y no lo volveréis a coger, estamos seguros. Y no porque las frases estén mal construidas, sino porque lo único que nos cuenta es que una gallina, llamada Rosalía, sale de paseo. Pasa junto al estanque, pasea distraída bajo el molino y atraviesa tranquilamente un provenzal vallado de madera. ¿El final?, pues nada, que vuelve a su gallinero para la hora de comer; ¿apasionante eh?
Pero si lo leemos viendo las ilustraciones (lo habitual, vamos), la historia se transforma. Se entiende que las frases tienen que ser esas, que no había forma mejor de expresar lo que hacía la gallina, ajena a todo peligro. Ajena al peligro de la ilustración…
A lo largo de todo el despreocupado recorrido de Rosalía, un zorro le acecha; le sigue sigiloso, encogido, para no ser descubierto, esperando el mejor momento para saltar sobre su presa. Pero Rosalía, sin saberlo, provoca que el temido depredador sufra un sinfín de accidentes fortuitos, convirtiéndolo en un zorro…payaso (hasta el punto de acabar dando lástima)
Los tonos utilizados en las ilustraciones, el estilo de dibujo naif y minucioso, los pequeños animalillos, casi imperceptibles, que acompañan en el paseo a los dos protagonistas…todos estos detalles y alguno más (el sentido del paseo de Rosalía que acompaña al sentido de la lectura del álbum), hacen de esta obra algo genial. Y los primeros en darse cuenta son los pequeños.
Lo tenemos en casa desde hace un par de años y sigue siendo uno de los elegidos habituales antes de dormir (no existe premio literario reconocido que consiga algo así…)
Es una excepción pero, esta vez, os animamos a que en vez de por la biblioteca, os paséis por la librería. Merece la pena tenerlo en casa…¡para siempre!