¡Hay un Molillo en mi bolsillo!

hay un molillo en mi bolsillo

A: Dr. Seuss   I: Dr. Seuss   E: Lectorum Publications, Inc, 2007 (1ªE: Dr. Seuss Enterprises, L.P., 1974)

Muchos de vosotros conoceréis al personaje más popular de Dr. Seuss, el Grinch, el paradigma del consumismo de la Navidad, la figura que representa las navidades televisivas, publicitarias, vacías.

En esta ocasión os presentamos su álbum ¡Hay un Molillo en mi bolsillo!, una obra rimada, absurda y divertida con la que nuestros hijos han conectado desde la primera lectura. De hecho, tal vez influidos por las mil veces que lo hemos leído, se dedican a buscar e inventar rimas basándose en el sencillo juego que nos propone Dr. Seuss: “Hay un NEGADERO flotando en el FREGADERO”, “una CRILLA bajo la SILLA”, o nuestra rima favorita, “un PEPILLO PENDIENTE en mi CEPILLO DE DIENTES”.

Un niño nos presenta a todos los seres peludos que habitan en su casa, y los hay en todos los rincones; algunos, como la “CHOMBRA”, son inquietantes, pero otros, como la “COLADA” o los “CASAÑOS”, son tiernos y amigables.

Lejos de sentir temor por convivir con todos esos seres que se esconden en los rincones más insospechados, el protagonista finaliza la visita guiada por su casa con la siguiente rima:

“Yo no te voy a mentir,

así es la casa donde vivo.

¡Y donde siempre quiero vivir!”

Las ilustraciones son atractivas, con un claro aire setentero y una amplia gama de colores chillones que enganchan a los más pequeños.

A pesar de que no hemos leído el original (en inglés) intuimos que traducir a Dr. Seuss no debe ser lo más fácil del mundo, y alguna rima puntual no nos ha convencido del todo.

De cualquier forma, es un álbum que os recomendamos sinceramente. Por un lado, para que conozcáis a este autor tan emblemático (caricaturista estadounidense que recibió una mención especial del Premio Pulitzer en 1984), y por otro, porque se trata de uno de esos álbumes que tiene efecto inmediato en la imaginación de los pequeños.

¡A la biblio!

La pequeña oruga glotona

la pequeña oruga glotona

A: Eric Carle   I: Eric Carle   E: Editorial Kókinos, 2012 (1ªE: 1969)

Siempre que abrimos un álbum de Eric Carle nos da la impresión de estar visitando una exposición. Y es que cada página es un cuadro que colgaríamos en nuestra casa. Sus ilustraciones son rotundas y coloristas, llenas de matices y expresivas a más no poder. Hemos disfrutado de varios de sus álbumes y éste es uno de nuestros preferidos (junto a Mariquita gruñona, del que hablaremos en otra ocasión).

La pequeña oruga glotona es un álbum que los pequeños pueden disfrutar desde el momento en el que se mantienen sentados y son capaces de tener algo entre sus manos de manera consciente.

Las páginas de la edición que tenemos en casa son de cartón plastificado, a prueba de babas y enfados repentinos, difíciles de destruir en definitiva. Además de las imágenes, que cautivan a los niños más pequeños, nos ofrece mucho más: un juego divertido en el que la pequeña oruga que, haciendo honor a su nombre, parece incapaz de saciar su apetito, va agujereando página tras página todos los apetecibles manjares que encuentra a su paso; desde una manzana madura, dos apetecibles peras, tres dulces ciruelas…hasta la traca final, el gran atracón, el sueño de todo niño que digne llamarse así: un trozo de pastel de chocolate, un helado, una piruleta, una magdalena…Y así, sin darnos cuenta, hemos aprendido a contar.

Pero aquí no acaba todo, nos queda una última lección. Lo que comenzó siendo una insignificante oruga se ha convertido en un “orugón”, la oruga de todas las orugas, y ha hecho algo extraordinario, ha construido una casa a su alrededor. ¿Para qué?, ¿qué hace ahí dentro?, ¿tiene pensado salir en algún momento?; la última página desvelará todas las preguntas y explicará a los más pequeños una pequeña maravilla de la naturaleza ( y ya de paso, que es muy bueno comer fruta para crecer y verse espléndido; bueno, igual esto es una interpretación contaminada por la mente adulta, lo confesamos…)

Ser quinto

ser quinto

A: Ernst Jandl   I: Norman Junge   E: Lóguez, 2005 (1ªE: Beltz Verlag, Weinheim und Basel, 1997)

Continuamos este nuevo año con un álbum genial. Sólo el prestigio de sus autores avalan esta historia que podéis comprar (o tomar prestada) con los ojos cerrados.

Poneos en situación: siete muñecos desvencijados (de esos que han logrado, a duras penas, sobrevivir a un par de años o tres de juegos salvajes…) están sentados en una lúgubre sala de espera, que incluso se torna amenazante si nos fijamos en la misteriosa luz que sale por la rendija de la puerta.

Cinco despojillos de muñeco que esperan su turno para ser reparados por el médico de los juguetes. Cinco guiñapos asustados que miran con horror y desconfianza esa rendija luminosa. Y el quinto es él: una aproximación a Pinocho, con su pronunciado atributo partido en dos.

“puerta abierta

uno fuera”

Cara de susto, rostros tensos, ojos abiertos como platos en todos los pacientes que esperan su turno: el primero, un pingüino sin aletas, el segundo, un patito al que le falta una rueda, el tercero, un adorable oso de peluche que ha perdido un ojo y se le sale el relleno de un brazo, el cuarto, una ranita de hojalata que ha perdido su corona y el quinto, Pinocho.

Según se acerca el turno de cada paciente, sus expresiones nos transmiten miedo, nerviosismo, desconfianza…El quinto comienza la espera bastante tranquilo, hay varios pacientes delante de él, pero finalmente su turno llega, y los nervios…

Un álbum lleno de detalles. El texto conciso, esquemático, musical, poético. Las ilustraciones, muy expresivas, juegan con la luz y lo tenebroso, y el movimiento de la lámpara acompaña a los asustados muñecos.

Un guiño final, la imagen que, intuimos, tranquiliza definitivamente a Pinocho; nos atrevemos a pensar que el doctor le resulta muy familiar.

Como veis, nos ha encantado. Es uno de esos álbumes que con pocos ingredientes consiguen transmitir mucho, a niños y mayores.

Genial.

Lección de pesca

lección de pesca

A: Heinrich Böll   I: Emile Bravo   E: Dibbuks, 2013 (1ªE: Verlag Kiepenhauer & Witsch Gmbtt & Co., KG, Cologne, Germany, 1963)

Este álbum que os presentamos hoy es uno de los aciertos de sus Majestades los Reyes de Oriente en el recién estrenado 2014. La historia nos cautivó en la librería (la librería de “oriente”, se entiende, y les cautivó a ellos, a los Reyes Magos…), porque es una de esas fábulas que tanto gustan en nuestra casa y, que tras un texto sencillo y unas ilustraciones muy acertadas, encierran una aspiración universal: la búsqueda y encuentro de la felicidad. Es una historia que nos recuerda a Selma, de Jutta Bauer (KIRIAKIbooks 25.02.2013 ).

En aquella ocasión apuntábamos que se trataba de una historia para niños, pero también para adultos. Esa apreciación sirve de igual forma para este álbum que os traemos hoy.

La historia comienza una plácida mañana de “temporada alta” (la pista nos la da un turista con camisa florida y cámara en mano merodeando por el puerto) en un pequeño pueblecito costero.

Desde que el turista se auto invita a la barca del pescador entendemos su razonamiento (somos hijos del liberalismo, nos guste o no…). En algún  momento inicial incluso lo compartimos, hemos de reconocerlo, llegamos a pensar que el pescador es un poco vaguete…

El plan maestro del turista se va dibujando según avanzan las páginas, va aumentando su imaginación, sus ensoñadoras aspiraciones, su nerviosismo, su ansia…

Y el final es…evidente. La última imagen lo resume todo: la sencilla barca del pescador perdida en la inmensidad de una hoja en blanco; el pescador, feliz, sesteando sobre la almohada de sus redes y el turista, mareado, atolondrado por la inútil excitación de sus grandiosos planes.

Ha sido curiosa la reacción de nuestro hijo mayor (5 años): ha seguido la historia con atención, pero no entendía a dónde llevaban los planes del turista, no comprendía la secuencia de sus aspiraciones. Hemos descubierto, con gran alegría, que si bien el egoísmo es un sentimiento natural, primigenio, la codicia no lo es. ¿Hay esperanza?

Una curiosidad: esta historia es una adaptación de “Anekdote zur Senkung der Arbeitsmoral” escrito por Böll para el programa dedicado al día del trabajo, el 1 de mayo, de una cadena de televisión y radio alemana (NDR) en 1963. Veréis que es muy propio.

¡Nos ha encantado!, ¡gracias Baltasar!