¿Quién come a quién?

quien come a quien

A: Alesandra Mizielinska y Daniel Mizielinski  I: Alesandra Mizielinska y Daniel Mizielinski  E: Libros  del Zorro Rojo, 2010 (1ªE: Spoleczny Institut Wydawniczy ZNAK, Cracovia, 2010)

Este álbum nos ha cautivado desde su portada continuando por sus guardas: infinidad de animales dibujados a línea (roja) sobre fondo blanco, encajándose sus siluetas pero sin llegar a tocarse. La representación del reino animal al completo. ¿Y cuando nos adentramos en sus páginas? Bueno, pues no esperéis encontraros bucólicas imágenes de leones y tigres conviviendo en armonía con gacelas y gamos, tampoco con inmaculados unicornios sobre fondo multicolor. No. Encontraréis una lección clara y concisa: el ciclo de la vida.

¿Te gusta la esplendorosa flor que nace en la primera página?, pues continúa y entenderás todo lo que tiene que ocurrir para que vuelva a crecer otra semejante.

A nuestros retoños les ha costado un poco asumir el sacrificio de la mariquita pero les ha encantado que el lobo devore al zorro, incluso que el eterno malvado de los cuentos clásicos muera de viejo.”¡Ya era hora”! hemos adivinado en sus ojos vengativos…

Y esta apasionante travesía da pie a que los autores nos descubran múltiples curiosidades del reino animal: ¿sabéis si hay algún bicho capaz de zamparse a un erizo con sus púas y todo? ¿Sabéis cómo hace el escarabajo enterrador para alimentar a sus exquisitas larvas? ¿Sabéis que hay animales que no tienen ni pizca de escrúpulos y se alimentan de las cacas de otros? Pues todas estas lecciones, todas apasionantes y algunas cochinas y escatológicas, harán las delicias de la curiosidad de vuestros pequeños.

Las ilustraciones son geniales. Indispensables, aclarativas, expresivas a más no poder. Tres únicos colores en todo el álbum con los que se explica todo lo explicable. No creemos que los autores necesiten saber lo que es el color berenjena, el piedra o el aguamarina; con el negro, el rojo y el blanco te pueden representar lo que les pidas.

Nos ha encantado.

This is not my hat

this is not my hat

A: Jon Klassen  I: Jon Klassen E: Walker Books Ltd, 2014 (1ªE: 2012)

No creáis que el nivel de inglés de la familia KIRIAKI es para echar cohetes pero, al igual que tantas familias, intentamos no darnos por vencidos en lo que ha lenguas extranjeras se refiere y, ahí estamos, practicando.

Bueno, en cualquier caso, aunque es posible que este álbum pueda competir con Shakespeare en cuanto a hondura, nos atrevemos a decir que en lo que  a estructuras gramaticales se refiere es más asequible, así que en esta ocasión nos hemos atrevido con la versión original “in english”.

Una sardinilla sinvergüenza nos confiesa, con toda su jeta, que el sombrerillo que luce orgullosa no es suyo, lo ha robado.

A partir de aquí, dos historias: la escrita, en la que la descarada relata lo que cree que está ocurriendo con el gran atún dueño del bombín. Y la ilustrada (magníficamente bien), lo que ocurre en realidad.

“Estaba dormido cuando se lo robé y seguramente no despertó hasta mucho después; seguro que no se ha dado ni cuenta y probablemente no sabrá que he sido yo quien se lo ha quitado…”

La plateada fanfarrona va presumiendo de sus grandes ideas que, en su opinión, la mantendrán a salvo para siempre del experimentado atunazo…glups…

Hemos de decir que el sombrero le quedaba mejor a la sardina.

Nos ha encantado. Las ilustraciones, geniales, inocentes pero amenazadoras (un ilustrador que hemos descubierto recientemente, autor también de las ilustraciones del álbum que os presentamos hace un par de semanas, Hilo sin fin). Nuestra página favorita: la del cangrejo chivato.

¡A por él!

¿Quién ha visto las tijeras?

quien ha visto las tijeras

A: Fernando Krahn  I: Fernando Krahn  E: Kalandraka editora., 2006 (1ªE: 1975, sin texto)

Nos han gustado las peripecias de estas tijeras traviesas. Si observamos un poco, ya desde la ilustración de la portada las tijeras están tramando algo…tendidas en la mesa del sastre Don Hipólito apuntan, atrevidas, a la puerta abierta de la sastrería. Llevan días, meses, años (siglos, opinan ellas) cortando metros y metros de tela pero…¿habrán nacido para algo más? ¿las fabricaron para ésta monótona vida? ¡no! ¡querían vivir cosas nuevas! Así que un día Don Hipólito vio sorprendido cómo se iban volando.

Al principio sólo quería experimentar nuevas sensaciones, nuevos cortes y texturas. El texto, de manera inocente, nos narra sus andanzas: “sintieron que el papel les resultaba fácil”, “ser peluquera tampoco era difícil”, “¿y qué tal cortar flores?”; pero poco a poco se van emocionando, comienzan a ser conscientes de su poder y…

“¿Por qué no liberar animales?” ante las narices incrédulas de la dueña), ¡y corbatas feas! (qué placer, justicieras estéticas). Progresivamente se dejan llevar por apetecibles tentaciones: ¿unos farolillos chinos prendidos de un hilo?, ¿unas cuerdas de tender? Hasta que finalmente ceden al mal; no les gusta el sonido del violonchelo y de un tijeretazo se calzan todas sus cuerdas, cortan la sedosa labor de una anciana por puro placer, privan a un niñito inocente de ver volar su cometa, cortan el cable en tensión de un funambulista (el autor tiene la delicadeza de no mostrarnos al equilibrista en cuestión espachurrado en la pista…) Con el ego por los aires, se atreven a cortar la melena al rey de la selva, a mofarse de un predicador y a lo que finalmente las condenó: a cortarle el mostacho a su dueño y señor, Don Hipólito.

Pasó lo que tenía que pasar…no muerdas la mano que te da de comer…

Divertido. Estas tijeras descaradas han arrancado más de una carcajada a nuestros pequeños.

M, O, cuidado cuando vuelvan a vuestras estanterías…¡Gracias!

Esta historia, originalmente sin texto, se publicó en 1975, y ha sido en esta reedición en la que han introducido unas sencillas frases, que sin ilustraciones, no se entienden…intuimos que nos habría gustado más la versión original. De cualquier forma, vale la pena.

Hilo sin fín

hilo sin fin

A: Mac Barnett  I: Jon Klassen E: Editorial Juventud S.A., 2013 (1ªE: Harper Collins Publishers, Nueva York, 2012)

Nos encanta seguir encontrando ilustraciones sorprendentes. El álbum que os ponemos hoy en el escaparate de KIRIAKIbooks nos ha atrapado por su original estilo.

En la primera página vemos a Anabel junto a su perro Nic y una caja de hilos posada sobre el manto de nieve que cubre un pequeño y oscuro pueblo, manto blanco moteado por el hollín de las chimeneas. Pero tan monótono paisaje cromático (blanco y negro) se ilumina en la segunda página, cuando Anabel decide tejerse un suéter a sí misma con el hilo que llena la caja recién encontrada. Aún le queda hilo por lo que decide tejer otro suéter para Nic.

Pasean con sus coloridos jerséis de lana entre la nieve cuando se encuentran con Marc que, tras mofarse de su amiga, admite que le encanta su animada prenda de abrigo; así que Anabel, que parece que se ha aficionado al “tricoteo”, le teje otro a él (y otro más para el perro de su amigo). Así, página tras página, este hilo sin fin va coloreando el invierno de este pueblucho aislado por las inclemencias del tiempo: chaquetas, poncho, gorros de lana con pompón animan el paisaje.

Pero Anabel, que está imparable, a la vista de que el hilo no se acaba nunca, continúa tejiendo y tejiendo “incluso para cosas que no lo necesitan” (buzones, casas y hasta una gran funda lanosa para la iglesia del pueblo)

Como cabía esperar, la noticia de esta niña que no paraba de tejer un hilo SIN FIN llegó a los CONfines de la tierra y un día, ahí que se plantó un archiduque atraído por la hazaña; pero no uno cualquiera, un archiduque “enamorado de la ropa”. No tiene desperdicio el susodicho: bufanda modelo boa constrictor y una pluma que casi no cabe en la página (sí, en sentido literal y en sentido figurado)

Como digno fanático desbocado del buen vestir, el archiduque intenta hacerse con el mágico hilo multicolor, por las buenas y por las malas pero…

¡Y hasta aquí puedo leer! (sí, somos de los 70…)

Os lo recomendamos con sinceridad. A nuestros retoños les ha encantado y las ilustraciones son geniales (digno merecedor de la medalla Caldecott del año 2013)